Historia

Adéntrese en el nutrido pasado del Tivoli Doelen Amsterdam, que alberga siglos de historia dentro de sus paredes. De torre de vigilancia medieval a edén artístico pasando por retiro para la realeza, cada época ha marcado su impronta y —ha moldeado el legado de una hospitalidad atemporal.

La década de 1500: Inicios del hospedaje en las murallas de la ciudad

Antes de que Tivoli Doelen que convirtiera en el hotel más histórico de Ámsterdam’, el edificio servía de torre de vigilancia en las’ murallas medievales de la ciudad. Al combinar la función de puesto militar con el hospedaje de forasteros, inició su larga andadura en la hospitalidad a lo largo de los siglos.

De década de 1600: La era de Rembrandt

Ámsterdam, al igual que sus hospederías, florecieron en la Edad de Oro . El célebre pintor Rembrandt van Rijn vivió justo al lado y utilizó la’ primera planta del hotel para entretener a aristócratas y esbozar sus obras maestras. “Ronda de noche,” su obra más conocida, decoró en su momento la pared que ahora delimita nuestra Suite Rembrandt, donde estuvo colgada durante más de 70 años antes de pasar a exponerse en el Rijksmuseum. Esa pared sigue intacta –como testigo silencioso de su importancia en la historia del arte holandés.

La década de 1880: Aire francés en el corazón de Ámsterdam

Nuestro excelso vestíbulo se transformó en 1880 en un fastuoso ejemplo de arquitectura neoclásica francesa, – que era toda una rareza en Ámsterdam. Acabados dorados, techos decorados con las provincias de Países Bajos y las baldosas Delft originales le aportan a este espacio la elegancia de un palacio parisino, justo al lado del río Ámstel.

Finales de los 1800: La emperatriz Elisabeth de Austria se aloja en el Doelen

La emperatriz austriaca Elisabeth “apodada Sissi” hizo del hotel su refugio real durante su larga estancia a finales del siglo XIX. Reservó 40 habitaciones en total en busca de la beneficiosa brisa del aire holandés para la salud, alojándose en lo que ahora se conoce como la Suite Empress. Los refinados interiores y el romanticismo atemporal de los espacios aún recuerdan su presencia.

1964: The Beatles en Ámsterdam

En 1964, The Beatles eligieron este hotel para su única visita a los Países Bajos. Se quedaron en la primera planta y su paso por la ciudad causó un auténtico furor mediático –sus seguidores llenaron los canales, se subieron a muros e incluso saltaron al agua para capturar un instante fugaz de los Cuatro Fantásticos. Hoy en día, aún se exhibe la reserva original de aquella estancia – un momento en el que la cultura pop chocaba con el legado clásico.

Hoy en día: Tributo a un gusto atemporal

Contiguas a nuestras suites exclusivas, que rinden honor a nuestra rica historia, se encuentra el restaurante del hotel Omber, todo un homenaje culinario. Su nombre hace referencia al ’pigmento marrón dorado mezclado a mano“Umber”. Este espacio mezcla arte y gastronomía con una cocina diáfana, vistas al canal y un menú inspirado en ’las técnicas pictóricas de este maestro basadas en el color, en la textura, la luz, la conservación y el volumen para que cada plato sea una auténtica obra de arte trasladada a la gastronomía.